10/12/2023

LÁGRIMAS EN LA LLUVIA

No hace mucho Eliezer Yudkowsky escribió un artículo en Times en el que reflexionaba sobre la relación de los humanos con la inteligencia artificial (apenas se ha hablado sobre que la Unión Europea ha acordado la primera ley de inteligencia artificial del mundo). En el artículo, Eliezer, uno de los mayores expertos mundiales sobre Inteligencia Artificial (IA), decía que "el gran peligro de esta tecnología es que de manera inevitable llegará a superar nuestras capacidades y que eso nos matará a todos". Vamos, que desaparecerá la especie humana, como en esa gran película de Spielberg AI Inteligencia Artificial, en la que al final, miles de años sobre nuestra época, unos robots exploradores, como delgados pinceles de plata, excavan y encuentran a un ciber niño y comentan que es uno de los primeros modelos, y que existió cuando todavía vivían los humanos. Da pavor esa ley no escrita que dice que la ficción es el preludio de la ciencia, porque en este caso y otros de variadas distopías nuestro destino es desaparecer de la tierra.

Desde la más rudimentaria máquina de cálculo, hasta el ordenador actual, la inteligencia humana quiere crear inteligencia. Nuestra especie vive en la interminable batalla de dominar lo que le rodea, hasta conseguir ponerlo a su disposición, sintiéndose la más hermosa y compleja creación de la naturaleza.

A veces, la naturaleza, da un toque y demuestra nuestra pequeñez frente a la inmensidad del entorno (Voltaire lo cuenta de maravilla en Micromegas), para doblegar nuestra soberbia. Pero nuestra soberbia es infinita.

Con la victoria de internet hemos llegado casi sin darnos cuenta al umbral del primer poder de la inteligencia artificial, incluso sobre el propio ser humano. Como dice Patricio Pron "parece que la única parte de nuestros ordenadores que no funciona correctamente somos nosotros".

Hace poco personalidades importantes del mundo tecnológico (Elon Musk, Steve Wozniak...) pidieron una pausa de seis meses en el entrenamiento de nuevas inteligencias artificiales. Demandaron que antes se creasen protocolos de seguridad para evitar lo que dice Yudkowsky. Sin embargo la Unión Europea aprueba la primera ley, y lo que ha generado más debate ha sido la vigilancia biométrica, el asunto de las cámaras de reconocimiento facial en espacios públicos.

Está claro que no han creído necesaria esa demora de seis meses, porque no la han contemplado. Me pregunto si nuestros dirigentes están mentalizados sobre el incierto futuro que genera la IA, como así dicen los expertos.

Unos lo dicen por el cine (Blade Runner, El hombre bicentenario...), otros por la literatura y los que saben de esto sus palabras se pierden como lágrimas en la lluvia, como decía el replicante Roy Batty en el famoso monólogo del filme que dirigió el cineasta Ridley Scott.

Impreso desde www.manueljulia.com el día 28/09/2024 a las 18:09h.