15/02/2024
LAS CUATRO ESQUINAS
CHAMPIONS, EMOCIÓN, BELLEZA, REGRESO
ESE ALGO ESPECIAL
A pesar de que no fue un partido bueno, hay algo especial que envuelve al Madrid en la Champions. Si no lo tuviera no habría ganado tantas en los últimos años, sobre todo cuando no estaba Cristiano. La de 2022 nos mostró ese algo especial en el que se mezclan la historia y los valores de manera idéntica, porque sin una no habría lo otro y viceversa. Los que vemos al Madrid en la pantalla luminiscente del bar sentimos ese algo especial. Unas horas antes nos envuelve una emoción distinta. Como siempre. Y cuando esa música de Handel con arreglos de Tony Britten suena con toda su fuerza sentimos que nada mejor podemos hacer que estar allí, dispuestos al gozo futbolístico en manos del equipo que más veces la ha ganado.
UN SALVADOR INESPERADO
Los alemanes tienen un motor que jamás gripa. Van en oleadas de fuerza al ataque, en bandadas de jugadores que llegan en mayor número. Su táctica es intentar que el otro equipo muerda la yerba dominado. Arrollado, empequeñecido, empujado hacia el abismo de su propia portería. En algunos momentos dio la sensación de que el Leipzig marcaría fácil, y más con la defensa de urgencia de los blancos. Pero apareció el que menos esperábamos, Lunin, y nos regaló nueve bellas paradas. Algunas frente a un jugador que llegaba solo. En la épica madridista europea es habitual que aparezca un jugador inesperado, como Nacho secando a Salah. Fue una suerte porque parecía otro, más cerca de Courtois, seguro, salvador, como el belga.
EL GOL DE LA VIDA
Que apareciera Brahim no fue una sorpresa. Que la solidez de su zancada resistiera la embestida de cuatro defensas, tampoco. Y que de la empalizada enemiga surgiera un disparo genial, tampoco. Brahim ya no nos sorprende cuando marca goles siendo ese jugador de calle que regatea hasta su propia sombra. El equipo se mantenía otra vez en la épica, podía olerse el gol enemigo, pero el malagueño firmó una obra de arte de habilidad y técnica. El bar se vino abajo y aún se habla de su belleza. Tras ese gol la victoria puso sus dedos en la frente madridista. Vinicius pudo marcar otro parecido, pero el maldito poste lo dejó sin celebración. Vinicius, Brahim, Rodrigo, Joselu... delantera bestial.
Y VOLVER, VOLVER, VOLVER...
No dejaremos de ilusionarnos con Nadal. Siempre deseamos que regrese y pediremos al destino que cuide sus articulaciones, sus músculos, su cuerpo lleno de cicatrices de muchas batallas y pocas pérdidas. En Australia apareció con una fuerza inesperada, y creímos hasta el fondo, pero el cuerpo dictó una sentencia distinta. Otra vez a casa. Ahora vuelve y sigue siendo un referente de ética y honestidad. Si dice que no ha vendido su alma a Arabia y mantendrá sus principios, lo creo. Intentará ayudar a una evolución positiva y, si no, reconocerá su error. Siempre nos ha demostrado que va con la verdad. Por eso lo creo. Ahora volver a ver un gran partido de Nadal es el objetivo. Lo conseguirá.
Impreso desde www.manueljulia.com el día 21/11/2024 a las 22:11h.