16/05/2024

EL CAMPEÓN SERENO

LAS CUATRO ESQUINAS

FINAL, CONTINUIDAD, PROBLEMA, TRISTEZA

EL CAMPEÓN SERENO

Con la mente puesta en el primer día de junio van pasando los días y los partidos. Enlazado el deseo con la memoria, el campeón quiere volver a gritar su victoria, esta vez más grande, esta vez el pedestal más alto de la temporada. Volver a sentir la euforia de la afición. Volver al territorio conocido. Los partidos son ensayos para encontrar el camino verdadero. La trastienda de los sueños sigue viva. La confianza es el principal enemigo. El Madrid necesita la hazaña para mostrar todo su poder. En el corazón de los jugadores hay un calendario. El tiempo puede ser lento. El tiempo es necesario para ajustar los engranajes. El campeón, sereno, afila su espada.


EL ALBA DE UNA DESPEDIDA

A cualquier hora de la tarde, o de la noche encendida con los focos del estadio, echaré de menos la bota infalible de Kroos. Su silencio huele a despedida y ojalá las palabras de un humilde amante del fútbol pudieran cambiar una posible sentencia dictada. Aún hay demasiado fútbol en sus botas para que se desperdicie en el futuro de un adiós. ¡Esta, que es una de tus mejores temporadas, no debe ser la última del alemán de pocas palabras y mucho fútbol! Piensa en el hambre insaciable que tendremos de tu juego, en la arquitectura ausente con tu marcha, en el honor de volver a ser el director de una orquesta de solistas geniales que siguen la partitura.


CUIDADO CON MBAPPÉ

Los antimadridistas están preocupados por el encaje de Mbappé en un vestuario lleno de estrellas. Y más si Vinicius o Bellingham, vía victoria en la Champions League, ganan el Balón de Oro. Habría una profusión caótica de egos y, vamos, que ni se mirarían los unos a los otros a la cara. Y en el campo irían cada uno a su bola, robándose balones. El vestuario sería un bosque de miradas torvas. Competirían por ser quién firma más autógrafos o vende más camisetas. Andan muy preocupados los antimadridistas con ese problema. En un acto de buena fe no sacan pecho porque a su equipo no llegue el mejor o uno de los mejores del mundo. Menuda tranquilidad.


UN DEBATE DOLOROSO

No se debe alinear con el sentimiento, sino con la observación de las cualidades técnicas y la forma de los jugadores. Por ello, Courtois debe ser el portero de la final. Está entre los mejores y ofrece más prestaciones debido a su envergadura. Pero a pesar de ello, me parece un debate triste, injusto, con Lunin, que ha cubierto la portería con eficacia y fue el héroe ante el City. La vida es injusta y el fútbol lo es más, porque a veces el resultado no hace justicia al juego. Pero el fútbol, sobre todo, son goles. Y pararlos es tan importante como meterlos. Por eso un entrenador no puede dejar en el banquillo al mejor portero del mundo estando en forma.

Impreso desde www.manueljulia.com el día 28/09/2024 a las 19:09h.