23/06/2024

UN PUNTO LEJANO EN EL INFINITO

Con el mar me pasa igual que con el fuego. Que puedo estar mucho tiempo quieto, mirándolo, dejando que su visión atrape no solo el poder de mis ojos, también que calme el revuelto interior (cuando está) y lo amanse. Frente al fuego de una amplia chimenea me siento alejado de los ruidos del mundo. Y me quedo mirando su luminosidad y su crujir, casi sin pestañear, viajando hacia dentro de él o mirando su movimiento destellante y como hacia la oscuridad dirige lanzadas de luz que se clavan en su corazón y la disuelven. Me invade un conocimiento ancestral, genético, que ayuda a pensar en que estoy mirando el principio de todo. En el principio se hizo la luz dice la astrofísica y los libros sagrados. Del fuego nace la tierra ("sobre el volcán la flor", dice Becquer), las formas, y en procesos de combinación de su energía, mezclada con el agua, la vida. Mirar el fuego me calma esa orfandad universal que en algún momento todos hemos sentido.

Frente al mar me gusta fijarme en un punto lejano de su inmensidad. Antes me he cansado de mirar las olas, que son la sístole y la diástole del paisaje. Juego a ser Heráclito pensando que nunca habrá dos olas iguales. Enseguida encuentro una serenidad sin fisuras. Las malignas presencias exteriores desaparecen y existir es estar frente a la más hermosa manifestación de las leyes de la naturaleza. Fijándome en un punto lejano, más allá de esa realidad de contrarios entre el bien y el mal que todo tiene, también pienso que estoy contemplando el principio de la vida, pues coinciden muchos biólogos en decir que el primer momento de vida biológica sucedió en el agua. Allí se inició una evolución para llegar a los millones de especies que hay en la tierra.

Creo que ese conocimiento que me surge mirando el fuego o el mar ya está en mí. El mar hace que lo recuerde (es una reminiscencia como dice Platón), que escape de la cueva oscura de mi mente donde vive maniatado, y en forma de sabiduría, se instale en mi conciencia aportándome múltiples certezas que son más sentidas que razonadas, y no por ello inciertas.

La belleza del mar nos concilia con el creador de las leyes de todo, aunque también de la destrucción que crea con su furia. Aunque justo es decir que lo primero gana por goleada a lo segundo. Ese punto lejano a veces está en el horizonte y entonces veo frente a mí a la infinitud: después de dar muchas vueltas todo acaba en el principio. También ocurre así con nosotros: que después del azaroso tránsito de la vida acabamos en el principio, en una brecha de oscuridad de la que surgió todo. Allí, el que Borges llama El Hacedor, en la luz de su sombra ofrece el sentido que tuvo la vida, y la muerte. Quizá.

(Lugar, playa de Maro de Nerja)


PROMECAL edita los siguientes diarios:

Diario de Ávila
Diario de Burgos
Diario Palentino
El Día de Segovia
El Día de Soria
El Día de Valladolid
El Día de La Rioja
La Tribuna de Albacete
La Tribuna de Ciudad Real
La Tribuna de Cuenca
La Tribuna de Guadalajara
La Tribuna de Talavera
La Tribuna de Toledo

Impreso desde www.manueljulia.com el día 28/09/2024 a las 20:09h.