02/01/2025
LAS CUATRO ESQUINAS
VENDER, CAOS, CHAPEAU, MESSI
VENDER O VENDER...
El Barça vende lo que fue, lo que es y lo que será. Algo impensable no hace mucho, cuando desde el independentismo se decía que los éxitos del club ayudaban a imaginar una Cataluña independiente. Funcionaría como el Barça, clamaban. Pues ahora es lícito pensar que le ocurriría lo que le ocurre al club. Que para subsistir tiene que vender hasta las vértebras. Es un mensaje al mundo de debilidad. La fuerza era en ensamblaje entre lo mejor de la cantera y algunos de los mejores del mundo. Una de sus columnas vede. Y al final Laporta y sus directivos tendrán que avalar. O ser segundones. Algo impensable en una de las banderas necesarias para el bucólico sueño de una Arcadia feliz.
UN SUEÑO DE OTOÑO
Como cuentan en su libro "Puigdemont" Iñaki Ellacurría y Pablo Llanas (La Esfera de los Libros, 2024), la construcción independentista tuvo tres ejes: la lengua, el Barça y Convergencia. De los tres solo queda en pie la lengua. Convergencia ha sufrido un transformismo caótico dirigido por la caótica mente de Puigdemont. Y el Barça, que parecía invencible, ha demostrado que es vendible. Este hecho debe ser muy duro para los que creen en ese sueño de una noche de verano que duró 44 segundos. Querían un estado propio fuera de España. Al final luchan por tener un estado dentro de otro estado. Lo que lleva a este país a un federalismo que nadie ajusta con una mirada a largo plazo.
UN TIPO VALIENTE
A mi colega de los bares, valiente en la barra, retador ante un bosque de camisetas blancas, le digo, poniendo cara de Bécquer, que volverán las oscuras golondrinas en su balcón sus nidos a colgar. Y él, que solo sabe de fútbol y neumáticos, me dice que las golondrinas hagan lo que les dé la gana. Serán los mejores del mundo cuando los chavales crezcan. ¡Jopé! le digo, tenéis el recuerdo, pero os falta el mundo, que solo se conquista con dinero, como hacen Elon Musk o Florentino. La grandeza es una soberbia inútil en casa del pobre. Pero si vuelven a jugar como jugaron me quitaré el sombrero, y delante de su boca con una gamba le diré: "Chapeau".
LOS SUEÑOS SUEÑOS SON
Un día soné con Messi. Mi corazón blanco lo veía con esta camiseta que me llena el alma. Corría por el Bernabéu como aqueo correcaminos que gritaba ¡bip bip! y dejaba una nube de polvo. Los sueños son incontrolables. Tienen sus propias leyes en las que se mezcla el tocino con la velocidad. La cabeza de Messi tenía el cuerpo de un "Geococcix californianus" y le perseguía un coyote con el rostro de Piqué. Cuando llegaba Piqué, Messi ya se había ido y el Bernabéu aplaudía, esta vez no por doloroso reconocimiento del contrario. Desperté del extraño sueño. Me dije: si Messi hubiera sido del Madrid no habría existido el 1-O. Como dijo Calderón, la vida es sueño y los sueños, sueños son.
Impreso desde www.manueljulia.com el día 05/02/2025 a las 15:02h.