04/09/2025
LAS CUATRO ESQUINAS
CORAZÓN, EGOÍSMO, GRANDES, NIÑEZ
ANTONIO DE TRIANA
A los que pensamos que no todo es el dinero, y no caemos en la ingenuidad de despreciarlo, cuando alguien oye más a su corazón que a su bolsillo, como ha hecho Antony, se nos hincha el pecho de candor. Es un ejemplo de que hay algo que el vil metal no compra. El amor de una madre, el abrazo de un amigo, la sonrisa de un niño o el sentimiento de los colores de un club. Imagino a Antony con el vello de punta, el pecho henchido de orgullo y amor, los músculos pensando entregarse por el club que elegido por su patria futbolística. El Betis. Hay que reconocer que para mucha gente, entre los que me encuentro, ese club tiene algo especial que conforma un alma amada, una entrega sin condiciones. "¡Oe, mushobeti eh!".
EGOS REVUELTOS
En libro de idéntico título, Juan Cruz cuenta (lo digo de memoria) que en la reunión de un grupo de escritores, la mujer de Ernesto Sábato escribió en un papel "hablad de él, que se está deprimiendo", y lo pasó uno a uno. Hay quien tiene el ego de un Napoleón y quien lo tiene de un papá Francisco. Hansi Flick dice que los egos matan el éxito. La victoria hoy está asentada en que todos trabajen y todos corran y defiendan. Pero en cualquier grupo aparece siempre aquel que necesita atraer la atención y ser, como decía mi abuela, el novio en la boda y el muerto en el entierro. En la marca Barca quizá solo Messi ha sido capaz de pavonear su ego. Y no creo que lo haga ningún otro.
ENEMIGO ÍNTIMO
Sinner declara algo que emociona, sobre todo por la influencia social que tienen los grandes deportistas. Una cosa es ser buen tenista y otra buena persona, dice, Alcaraz y yo tenemos un poco de ambas. Después de la grandeza de Nadal, Federer y Djokovic (éste todavía en danza) la fortuna nos ha puesto a dos grandes que ha de darnos partidos míticos, inacabables, emocionantes. En Open USA se percibe otra final, en la que ambos continuarán con ese enfrentamiento que eleva el tenis a unos cielos lejanos. Ambos tienen fuerza y decisión, Sinner es quizá más plano y Alcaraz más complejo, pero siempre la victoria no tendrá antes de que acabe el partido.
EL FINAL DEL VERANO
Para mí el verano se acaba en cuanto septiembre asoma sus primeros vientos fríos. Los tenderetes y veladores comienzan a tener un rostro lánguido. La llegada del fútbol, todavía algo perezoso, también nos anuncia que la huella húmeda del otoño quiere aparecer. Este año se fue el Dúo Dinámico y cuando escuché su canción los partidos nocturnos en la urbanización, o antes en las eras, se encogieron en el recuerdo. No hay verano que no me lleve a la infancia. No hay verano en el que no vea un balón y una farola y piernas esqueléticas llenas de heridas bañadas en la luna. Ya está aquí el nuevo curso del fútbol, esperando el barro del invierno y la lluvia de primavera.
Impreso desde www.manueljulia.com el día 07/09/2025 a las 16:09h.