LA LIGA DE LAS LUCES

07/12/2023

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LAS CUATRO ESQUINAS

NAVIDAD, PASADO, DINERO, TIEMPO

LA LIGA DE LAS LUCES

Como se me remueve algo adentro, y las dagas del pasado se clavan en mi pecho, sé que es Navidad, y por ella llego al fútbol como un bebé llega al pezón de su madre. Aquellas navidades eran solo fútbol. Jugando por la mañana en calles embarradas. Apurando el mediodía. Otro partido mientras aguanten las madres. Al atardecer no se encendían las farolas. Jugábamos en la penumbra luminosa que creaba un árbol de Navidad en la calle. ¡Eh!, Monescillo, tienes más heridas que un Cristo, y ahí sigues robando balones y marcando goles. Este era como Bellingham, estaba en todas partes. Ya entrada la noche encendían las farolas y comenzaba la liga de las luces. Hasta las doce. O más si se habían ido de fiesta los padres.

EL VIEJO AROMA DEL BARRO

En esa liga de luces de farolas, calles embarradas y porterías entre pedruscos, se clavaba en el pecho de los niños una emoción para siempre. Ya se estaba marcando en su corazón un partido en el futuro, o una alineación los más buenos persistentes en un equipo profesional. En aquella pobreza la inversión era ridícula. Las botas de siempre, el pantalón de siempre que producía en la madre justa bronca, porque era ella la que los lavaba con sus manos. En esa edad nace el fútbol, como el cine, y llena tanto el sentimiento que si alguien mata el romanticismo que esto tiene acabará con algo demasiado bello. No solo vamos a ver un gran espectáculo. Vamos a vernos a nosotros en la edad más bella de la vida.

LA OSCURIDAD DEL FUTURO

Dice Piqué, que antes jugaba muy bien, y ahora gana dinero muy bien, que en cinco años el Madrid y el Barça no podrán competir en Europa, salvo que sean Sociedades Anónimas. Se refiere al proceso de capitalización de los equipos, inmersos en una lotería de millonarios, en la que los sentimientos se entierran por los dólares. Los aficionados serán espectadores y nada más. El corazón perderá esa luz de la memoria que a los seres humanos nos da un halo de divinidad o trascendencia. Si matas el sentimiento, el fútbol será el gran deporte de masas sin alma. Ese día me apuntaré solo al fútbol femenino, que mantiene una esencia, que tardará más en ser pervertido por los millonarios.

BASURTO Y EL DESTINO

Era un tipo rudo con mirada de no perdonar. Su cuerpo era robusto y sus piernas parecían de velocista, luego me las recordaron las de Roberto Carlos. La nariz tortuosa parecía la de un boxeador. Jugaba de defensa en un equipo que se ha tratado el tiempo, que fue bueno porque lo financiaba la fábrica. Se llama el Calvo Sotelo FC, y estuvo a punto de subir a Primera. Pero la fábrica dijo que no, demasiado dinero. Basurto, que había venido del norte, tenía un piso alquilado en nuestra calle. Cuando llegaba se metía dos minutos y daba unos toques. Esos minutos jamás los olvidaremos. Y a veces me pregunto, ¿qué habrá sido de Basurto? ¿Vivirá, sabrá que todavía alguno de aquellos chavales lo sigue admirando?

Documentos adjuntos:

Marca. Las cuatro esquinas. La Liga de las luces