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Cuando pienso en ti, cuando me quedo mirando el mar o un paisaje inmenso en donde uno no puede dejar de ver las huellas de dios, algo desconocido nace dentro y me recorre las venas y los músculos hasta llegar a mi cerebro, para decirme, que todo lo que me proponga será posible. Quiero entonces escribir las frases más hermosas que mi mente pueda imaginar. Y ...
. Estaba en el restaurante con un amigo que suele acompañarme en el arte de descubrir buenos cocineros. Su olfato y sus pelillos gustativos están tan desarrollados que suele citarme sus nombres antes de que pasen a las portadas de los suplementos. Además es un tipo sabio sin pedantería ni soberbia desmedida, por eso tenía claro que la nuestra no serí...
He visto el corazón del tiempo. He visto las galaxias oscuras que existen dentro de un segundo. He visto las constelaciones lejanas que tienen los momentos que mueren, las estrellas que se calcinan en la bruma cuando una legión de neuronas comienzan a buscarse en los más ocultos rincones del cerebro. He visto un mar que apenas se mueve, que parece co...
. Vivía en un miserable garito de carretera y anonimato. La hondura de su alma, maltratada por la vida, aún palpitaba como un pulso vivo en medio del silencio y el neón que día a día le maquillaba la cara. Desde su vida triste mandaba desesperadas intermitencias con la lejana esperanza de que alguien, algún día, fuera a rescatarla del infierno. Tal ve...
La llanura manchega invita a un silencio en el que es posible casi callarse para escuchar un sonido de la vida que es verdadero y ancestral. Dentro de ese silencio fluyen las palabras como si no existieran, como si nunca hubieran existido. Se habla con el amigo y uno sigue teniendo la sensación de que ambos seguimos en silencio, de que existe un tiempo ...
Breve extracto del texto "La poesía de Manuel Juliá: La escritura del corazón", de Jesús Barrajón Muñoz, profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Castilla-la Mancha, Facultad de Letras.. . Hace ahora veinticuatro años que Manuel Juliá (...
La última vez que hice de turista quemé mi ansia de mundo en una fonda perdida en Creta. Al lado había una cala que me recordaba a la preferida de Pla en la Costa Brava, la de Aigua Xelida. El fondo verdoso del mar, envuelto entre pinares y rocas, era el mismo y mientras nos refrescábamos me dio por pensar que a los turistas les roban la libertad. La compañía del crucero en el que nos relajábamos cuatro mil personas, había decidido darnos la mañana libre en Creta. Alguien tuvo la feliz idea de ofrec...
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